Toxina Botulínica

La toxina botulínica es una sustancia muy efectiva y versátil en el mundo de la estética facial. Se trata de un medicamento purificado que, aplicado estratégicamente con una técnica depurada, logra disminuir la contracción muscular excesiva en ciertas áreas del rostro.

Al relajar los músculos hiperactivos responsables de las expresiones faciales más marcadas, la toxina botulínica previene y reduce las arrugas y líneas de expresión. Áreas comunes de aplicación son la frente, entrecejo, contorno de ojos y código de barra del cuello.

Pero su acción va más allá de un simple efecto relajante muscular. Esta neuromodulación también produce un efecto tensor en la piel, preservando su lozanía y previniendo la formación de nuevas arrugas. Es por ello que la toxina botulínica es considerada un verdadero tratamiento antienvejecimiento que desacelera los signos del paso del tiempo.

Los resultados naturales se aprecian a las 2 semanas de la aplicación y se prolongan por varios meses. Al reducir la gesticulación exagerada pero permitiendo cierto movimiento expresivo, la piel luce más tersa y descansada sin comprometer la mímica facial.

La toxina botulínica es un aliado imprescindible tanto para prevenir el envejecimiento prematuro como para disimular sus huellas tempranas. Aplicaciones periódicas permiten lucir una apariencia fresca, rejuvenecida y radiante por más tiempo.

Zonas de aplicación:

Pómulos, rama y arco mandibular

Cuánto duran los resultados:

12 meses aproximadamente

Tiempo procedimiento:

45 minutos

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